
Esperé el momento, inmóvil hasta verificar que nadie podía notar mi presencia, estaba oscureciendo cuando decidí que ya era buena hora de acabar con todo esto. Así que decidí salir de mi escondite y avanzé cautelosa hasta llegar a la primer columna del enorme edificio que se alzaba ante mi vista. Era tan gruesa que podía ocultarme tras ella mientras llevaba a cabo mi plan sin que nadie me descubriera, entonces, decidida, saqué de mi maleta un par de fósforos que representaban el fin, o quizá el empeoramiento de todas mis pesadillas.
De rodillas, con el olor a pasto debajo, y encima de mí el cielo nublado, encendí el primero de aquellos fósforos, la más joven de mis esperanzas y observé cómo la pequeña llama significaba todas las veces en las que no pude dormir, o las noches eternas en las que me quedaba despierta, sin palabras. Arrojé de una maldita vez cual piromaníaca el cerillo hacia la columna, esperando hasta que el fuego la recorriera, para ver qué hacía entonces la vida cuando le quemara despacio sus enormes pies, ¿cómo se sostendría?
Ya estaba el primer paso, así que me alejé para llegar a la segunda mientras en mi mente aún se reflejaba la imagen de aquel árbol a punto de arder. Hize lo mismo, acerqué el cerillo lo suficiente hasta que la esquina hubo absorbido el fuego y me pegunté cómo era posible que esa pequeña astilla pudiera derribar algo millones de veces mayor que ella.
Avancé hacia la tercer columna sintiéndome una especie de héroe de nadie, sabiendo que por mi culpa muchos morirían; esta vez un sólo fósforo no bastó, encendí dos y los dos lanzé, mientras mi corazón se aceleraba al saber que sólo faltaba una más...
Llegué hasta la última, el trabajo ya casi estaba hecho, no esperé más para ver cómo el último cimiento se consumía, me alejé un poco para poder ver de lejos mis esfuerzos cuando de pronto el fuego lo cubrió todo, el pasto, los muros y la enorme barda por la cual pensé escapar.
Mi cuerpo no lo soportaba, el calor era intenso y me envolvía por todos lados, acorralándome en mis propios remordimientos por lo que había hecho.
Quemándome, hice todo lo que pude por subir a la barda en llamas y saltar hacia la calle dónde una vez ahí corrí como si el incendio me persiguiera, reclamando venganza. A lo lejos pude ver todo el edificio, cómo se quemaban todos los recuerdos y los momentos en que sufrí y ya no serían mas que residuos, cenizas que jamás resurgirían. Lo que fui una vez ya nunca me persiguiría, había muerto, yo lo vi quemarse en el incendio.
8 comentarios:
¿Conflictos existenciales, Srita. Cenicero? ¿Por qué será?
El fuego no siempre purifica. En un sueño puede ser un arranque de furia o de pasión; la búsqueda de un cambio o el inicio de una nueva etapa.
¿Cuál será, Srita. Cenicero? ¿Cuál será?
Srta. Cenicero (aún no entiendo porqué Don Marvin la llama así), gracias por la cálida bien-venida, cuente usted con una fiel lectora más.
Al leerla, me hizo recordar un texto que escribí hace tiempo, ¡vaya qué sufrí! ¿Y sabe? me identifico con usted, con sus líneas ( con su claustrofobia), con la crudeza qué señala al referirse a usted misma.. Felicitaciones, tiene la faldas bien fajadas.
LoraK
Sr. Durán: Lo de los conflictos se debe a lo poco que he dormido los últimos días supongo, y a que en uno de esos accesos de incertidumbre sigo cuestionándome si el escribir solamente es un hobbie porque yo no lo considero así, pero tampoco es a lo que voy a dedicarme, entonces, ¿qué es?
Ciertamente, mientras que el fuego puede significar tranqulidad si uno lo provoca (según el libro de los sueños que tengo, ya ve que este tipo de libros parecen nunca coincidir), un incendio como usted afirma, puede señalar un cambio o etapa fronteriza entre dos situaciones.
Me gustaría saber qué significa, supongo que el tiempo me lo dirá...
Lorak: Por lo de "ashtray" (cenicero), mi pseudónimo hace dos años era Deira Dyakovetska, pero resultó demasiado largo y complicado, así que decidi cambiarlo.
Si no es mucho pedir, me gustaría que compartiera su texto, seguro que también me identificaré con usted. Gracias.
Yo encantada Srta. Cenicero. El texto lo puede encontrar en mi blog, se titula "Compañía muda", hace tiempo que lo escribí, pero le repito, sufrí mucho en cada renglón.
Saludos
www.blorak.wordpress.com
LoraK
Srita. Baporub, no me quedó claro si se cuestiona la parte de "Srita." o la parte de "Cenicero".
Srita. Cenicero, el tiempo hace muchas cosas, excepto enmendar heridas.
Socio poeta:
Verá, últimamente cuestiono todo. Usted ya pudo darse cuenta de ello en nuestra última conversación.
Saludos, aún desvelados
LoraK
Lorak: Vaya, desde el título hasta la última línea sentí su texto, cargado de una sensibilidad sorprendente, de nostalgia y de melancolía. Como su frase "¿quieres regresar al pasado o dar un salto a tu futuro?
No tengo respuesta y no quiero pensarlo...", y "¿ya aprendiste a pisar el asfalto sin lastimarlo?", es bellísima; imaginé todo, el silencio, el canal de aguas oscuras y los sabores ácidos.
Me tomé la libertad de "hojear" su blog y me pareció tan interesante que pienso volver.
Me halaga Srta. Será un placer tenerla en el rinconcito de las melancolías.
¿Ahora me comprende? La poesía no precisamente tiene que estar adornada de flores.
Saludos
LoraK
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