2010

domingo, 7 de febrero de 2010

Imágenes de flores que ya no podemos recoger.

[[Distancias]]
Ya he agotado los fragmentos felices, aquellas palabras las destilo de mí y el sedimento en el fondo eres tú, que apareces en cada intermitencia entre la luz y la sombra, entre lo real y lo que tú vuelves realidad, vienes y te mezclas entre sus abrazos como algo imposible de alcanzar. Cierro los ojos y desapareces dentro de un túnel pasajero. No importa que mis pasos se dirijan hacia el lado contrario, mi corazón voltea siempre hacia ti.

¿Crees que es bueno o malo? Porque yo ya no sé diferenciar. Tengo miedo de decir tu nombre en su lugar, que el silencio que se forma entre nosotros sea la salida de emergencia en tu búsqueda.

[[Intermitencias]]
Cuando pasa el tiempo y no sé nada de él, cuando suena el teléfono y espero escuchar en su voz la verdad que nunca quiero decirle, las palabras finales. Más sin embargo, suena feliz, como si en ese entusiasmo perfecto escondiera su desconocimiento; me desarma y por un momento no sé si lo que siento es un alivio o en realidad el comienzo de una nueva angustia.

[[Desapariciones]]
Te despides pero nunca te vas. Dices adiós y sin embargo te quedas y me hablas cada día con tu misma sonrisa reciclada de días anteriores, conservas la calma como si temieras romper con el equilibrio de palabras danzando sobre una cuerda que atraviesa un precipicio.

No sé si es mejor que finjas o te vayas. He intentado quedarme con la parte de tu corazón donde guardas cosas de mí y nunca he dado a nadie la misma sonrisa, pero descubro que el tiempo pasa y con él una nueva lista de pendientes por hacer que jamás acabará.

Me hablas así y entonces dejo de existir, piensas que ni siquiera lo intenté, que me rendí así nada más. Te busqué hasta donde sabía que no estarías, te soñé a diario.

Te llamé un día…