2010

jueves, 22 de mayo de 2008

Trozos de papel

Sólo restos, en mi habitación ya no queda ningún espacio libre sobre el suelo, el miedo se amontona en la cima más alta de la ropa acumulada, mientras que el espejo es sólo una mancha de lágrimas suspendidas que me observan dormir durante la noche.

El polvo a pasado a formar parte de cada superficie sólida, y entre pedazos de gris pardo que estorbaron en la maqueta, UHU y pintura como nuevos acabados en la madera, se esconden debajo las palabras que por tanto tiempo guardé como si fueran el peor de los secretos, como manchas de acrílico permanentes, señales de que tarde o temprano dejan de existir antídotos en contra del silencio.

Pero ya no puedo.

Como si la Dalia con la que he convivido durante 19 años no hubiera sido más que un sueño, y, ahora que despierto, tu rostro es lo único que veo.

Quiero que sepas que me desplomo sin moverme, que me vuelvo torpe al pronunciar tu nombre, que el espejo multiplica la ansiedad de saber que no hay forma de que puedas sentir lo mismo y lo entiendo.

Pero hoy vi algo en tus ojos, algo que, a pesar de ser tan imposible, me alentó a escribirte. Quisiera pensar que es esperanza.

Y lo único que sé es que tú me completas, sin ti no soy más que fragmentos, perdona, pero no tuve el valor de decírtelo hoy al despedirme.

Ya puedes vomitar.

Sé que esto es ridículo, que nunca esperé sentirlo...

Gracias por leer, aunque en estos momentos aún tenga dudas sobre si debo decírtelo, porque sé que me arrepentiré y lo más doloroso sería que tú también lo hicieras, y porque la luz se fue mientras trataba de expresar esto en letras e intento eliminar supersticiones absurdas, si lo has leído entonces no seré tan cobarde, sólo que a partir de ahora me verás con una bolsa en la cabeza. Tal vez nunca lo sepas y esto quede como recordatorio de mi inmadurez.

No pretendo incomodarte así que puedo fingir amnesia, como dije, si no sientes lo mismo lo entiendo, si me dices que es difícil entonces me alejo, es todo.

¿Te quiero?

Los signos de interrogación salen sobrando.

Dimorfismo

Hoy volvió, ya no sólo como una actitud o una voz, sino como una presencia, tangible pero invisible, así, sin rodeos ni más advertencia que un simple presentimiento ignorado, llegó como otra pregunta para la que no existe respuesta.

Me dijo que también escribe, le gusta leer y en sus ratos libres ve películas; duerme hasta tarde y domestica gatos salvajes; la única diferencia fue su insistencia en tocar la guitarra y, de vez en cuando, el violonchelo.

Pienso en sus palabras mientras observo mi guitarra, exiliada en la esquina más lejana de mi cuarto, me devuelve la mirada con recelo por abandonarla, cubierta de polvo y con la sexta cuerda rota. Recuerdo las pocas veces en las que conseguí, casi a fuerzas, robarle unas cuantas notas, y la miro ahora, apartada y minusválida, como auqella parte de mí que se rehúsa a manifestarse porque simplemente no he aprendido a hacerlo sin desafinarme, sin romperme, sin sentir que las partituras que me fueron entregadas al nacer no corresponden con el instrumento que hoy sostienen mis manos .

Y me pregunto, si llegáramos a ser idénticas, ¿cómo podría distinguirme de mí misma?


sábado, 3 de mayo de 2008

Everybody hurts


Me dices, "mañana cumpliré años". Estoy sentada del otro lado de la puerta reteniendo, una vez más, el llanto. Pienso que debería dar las gracias por tenerte junto a mí, por sentir tu voz a mis alrededores suavisando el cansancio, mientras el sol vuelve a esconderse tras el horizonte al igual que el miedo esconde nuestros labios.

Aún así estoy conteniendo el llanto, el mismo que se acumula cada vez que me invade la certeza de que nunca te podré decir.

Mañana cumplirás años, es verdad, y de qué sirve si no podré estar contigo, si aún sigo perdiendo el equilibrio cuando me tocas, al sentir tu mirada sobre mi ser transparente que aún siendo invisible no puede desaparecer.

Ya no puedo contener el llanto, al carajo, estoy empezando desde cero, no me levanto, me deslizo sobre el suelo mientras desconozco cualquier rastro de quién antes era.

"¿Quisieras morir antes de cumplir diecinueve años?"

Me abrazo a ti porque no existe para mí más esperanza que la que me dan tus brazos, el agua congelada resbala, por mi lengua a mi garganta, así me sabe tu ausencia, a la letra de canción más triste que recuerden tus oídos, a palabras que terminan antes de escribirse, a un libro abandonado, sabe a agua congelada que nunca quitará la sed.

viernes, 2 de mayo de 2008

Odio los hospitales


El único molde de yeso
tus ojos
en los que mi alma se escayola
y entonces dejo de sentirme presa

porque tus manos se vendan
alrededor de mi tristeza
y embalsaman
cualquier agonía que me luxa

y me ciega
te diré te amo
como mejor lo sé hacer
con un beso.

Ahora que he sustituído
las muletas por alas...
cuando he visto
la muerte reír ante mí

por momentos pensé
en morir de una vez
creí que al gritar mi voz
dejaría de ser escuchada,

y entonces te recordé
tu imagen jamás revelada
vino a mí
como un destello de luz imposible

me dije:
tienes qué vivir Dalia
tienes que decirle
que en verdad lo amas...