2010

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jueves, 1 de noviembre de 2007

Retrospectiva

Durante el día, por tanto trabajo olvidé las pesadillas que me provocaron los maratones de películas, pues al menos en la última semana he visto una diaria: "Saw 4", "Holocausto Caníbal", "El despertar del diablo", "Hannibal, el inicio", "1408", etc. No es que sea masoquista, pienso que una dosis de miedo de vez en cuando ayuda a superar mis temores anclados desde la época en la que veía a "Chucky", escondida tras el sillón de la recámara, con las manos en posición exacta para interponerse entre mis ojos y la pantalla a cualquier asomo de peligro. Fue por él por quien dejé a mis muñecas, tapándolas por las noches con sábanas para que no pudieran observarme dormir, por él fue por quien las decapitaba.
Luego apareció Jason, inspeccionando calendarios para ver qué día trece caía en viernes porque solían pasar maratones completos de sus películas, del asesino a diestra y siniestra de la sierra, de quien te podía encontrar y matar a la vez en un bosque o en tu propia casa, el de la máscara de hockey, el mostruo del lago que revivía sin importar cuantas veces acabaran con él.
Por él tuve mis pesadillas, pero no tantas como con Krueger, el culpable de no querer cerrar mis ojos por las noches, de orillarme a pellizcarme el brazo para comprobar que no me había quedado dormida, de él no podía esconderme, y el dormir no me funcionaba como opción para sentirme tranquila.
Después siguieron el Payaso Esso y antes, la niña del Exorcista, mi capacidad de impresionarme se perdía, así que opté por ampliar mis géneros de películas, pero mis inclinaciones no cambiaban, "Destino Final" y la magnífica saga de "Jigsaw" "Juego Macabro" o "Juego del Miedo". Me pareció brillante y perturbador cómo el llamado asesino del rompecabezas ponía tu propia vida entre tus manos y de ti dependía si la aferrabas o no, además su forma de engañarte para que no supieras quién era en realidad la presa y quién el verdadero depredador.
Sí, Saw es el candidato perfecto que sustituyó a Freddy en mis pesadillas.
Así que hoy me la pasé sin hacer nada en todo el día, sin avanzar tarea, tirada en la cama observando absorta los posters cinematográficos que adornan las paredes de mi cuarto, ocultando el tono violáceo, las cuarteaduras y las telarañas. Sin inspiración y sin ganas, deseando que la semana que aún no empieza ya termine, lo mismo que la que viene y la que sigue, y la que sigue...
D.D.

domingo, 28 de octubre de 2007

Rêves

Hoy tuve otra de las pesadillas.
Freddy Krueger entraba por mi ventana mientras yo aún dormía, dejando caer sobre mí las cortinas con lirios estampados, intentando asfixiarme. Luego yo despertaba, mirando aterrada cómo la única luz de toda la casa, la del pasillo, la que por años he dejado encendida por miedo a la total oscuridad, se extinguía. Freddy lo sabía, sabía que la oscuridad era mi temor más grande y que podía volverse aún mayor dentro de mis pesadillas.
De pronto sólo sus garras metálicas brillaron en la noche, las sentí sobre mi yugular palpitante en un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, y ya cuando imaginaba el filo de plata de esas cuchillas enterrándose profundo en mi garganta, entonces, entonces intercambiábamos identidades. Ahora yo era Krueger con garras en lugar de dedos y la piel achicharrada. Yo quien sostenía a una persona por los cabellos con la mano izquierda y la degollaba con la derecha.
La sangre me cubrió el rostro desfigurado y mi jersey a rayas rojas y negras, quedé paralizada.
"One, two, three, Freddy viene por ti" "Four, five, six, Freddy habita dentro de ti", un coro de niños cantaba espeluznantemente a lo lejos; "Seven, eight, nine, ten, Freddy está justo donde tú ves", salió una voz de dentro de mí pero yo no lo decía, la imitación perfecta de mi voz y mis labios hablando, pero no era yo, sin embargo, el espejo que se alzaba delante de mí opinaba lo contrario.