
Segunda parte de "Un típico sábado".
1. No despiertes sino hasta las dos de la tarde, no importa cuántos ruidos provengan de tu alrededor, esfuérzate por mantener los ojos cerrados y si es posible cubre tu cabeza con la almohada para que la molesta luz del sol deje de entrar por la ventana.
2. Claro que para esto tienes que dormirte lo más tarde que puedas, inventa algo que te entretenga, no sé, lee un rato, juega scrabble, prende la tele no importa que sólo transmitan los infomerciales o ese del "stop skin laser"; o si de plano nada de lo anterior te retiene, juega con tu gato y verás que el intentar desesperadamente safar tu mano de sus dientes te distraerá lo suficiente para mantenerte despierta hasta altas horas de la madrugada.
3. Ya que te levantes sin sueño a las dos de la tarde, baja a la cocina a ver si alguien te preparó el desayuno, no te sientas culpable, estás de vacaciones y necesitas descansar.
Pero pase lo que pase no pruebes nada, ni sobras de lo de ayer ni otras de la múltiples opciones. Bueno, ya si no aguantas el hambre tómate un yomi de vainilla y como a las tres horas uno de chocolate, o no estaría mal aquel mango que despreciaste cuando según tú había mejores cosas que comer.
4. Recuerda comer ese poco alimento mientras realizas cualquier otro tipo de actividad, excepto bañarte, ir al baño o dormir. De preferencia mientras lees un libro en la computadora, así lo comerás tan rápido que no sentirás su sabor y tu estómago te exigirá más. Pero no lo escuches, debes seguir todos y cada uno de estos pasos para que al tomar la pluma tu mente no se quede en blanco.
5. Por supuesto, lee varias cosas al mismo tiempo, ya sea un blog, una canción, un libro y hasta la información nutrimental del producto que acabas de tomarte. Puedes escuchar música mientras lo haces, es opcional, ayuda a evitar el ruido de la calle.
6. Sin importar cuántas ganas tengas de salir no salgas, la inspiración sólo te encuentra cuando estás aislada, cuando te sientes sola y que a nadie le importas. Necesitas silencio para concentrarte, las demás personas sólo te distraerían, así que olvídate del mundo y de sus problemas superficiales.
7. No te bañes, aunque seas la persona más limpia y aseada del planeta la inspiración sólo llega a aquellos individuos a los que les despreocupa su aspecto y permanecen varios días sin peinarse. Si en verdad lo deseas, entonces no olvides "El agua no va a ayudarte".
8. Recuerda además, sentirte culpable por no tener ni un peso disponible para comprar comida a tu gato, por no hablarle a tu madre desde el martes pasado y por ignorar a tu padre al que sólo ves dos o tres horas diarias como máximo. Aún así, no te autocompadezcas, la autocompasión nunca es buena.
9. Después de cumplir con los pasos anteriores sin excepción, entonces es justo que puedas comer una hamburguesa como premio por tu perseverancia y dedicación. Recuerda comerla desesperadamente pero con elegancia, para no inspirar pena ajena ni lástima en tus hermanas.
10. Una vez cumplidas estas especificaciones sube a tu habitación, aproximadamente a las doce de la noche a intentar seguir con la lectura que dejaste. Como si el dormir en exceso no fuera suficiente, recuéstate primero en tu cama a estirar un poco la espalda y reflexiona sobre todas las actividades importantes que desempeñaste en el transcurso del día. Puede que al principio las ideas parezcan confusas y poco claras, pero de pronto, habrá en tu cabeza una sensación extraña como de algo a punto de desbordarse, como si dentro de ti se multiplicaran todas las palabras que tenías acumuladas.
11. Entonces corre por una pluma y libreta, pero con expresión de absoluta calma y comienza a escribir. Engaña a esas palabras, házles creer que no las necesitas más de lo que ellas te necesitan a ti para existir, escribe tranquilamente, como siempre, como si dentro de ti no hubiese cambiado nada. Describe cómo te sientes, lo que hiciste a lo largo del día y deja que una a una las letras se acomoden para formar las frases exactas.
Siéntate derecha y no te distraigas, empieza a recordar las sensaciones que te hicieron llegar hasta ese lugar donde estás ahora sentada, y piensa que lo importante no es lo que dejas sino lo que no dejas de escribir.
Entonces, y sólo entonces las palabras volverán a ti.
PD: Felicidades a Gloria y a Sonia que cumplen años hoy y mañana respectivamente, y no, ellas son reales, por supuesto que no son imaginarias.
Los dejo, la lluvia me espera.