2010

domingo, 27 de abril de 2008

Simulacro


Escribo… para engañar al silencio, para llenar los espacios que al marcharte vas dejando, la mayoría de las veces para cubrir mi rastro mientras me alejo.

Escribo porque a veces la tristeza no me deja más voz, hasta que la anestesia termina y entonces tu nombre me hace compañía.

Con los días aún conservo el eco de tus palabras, parecen seguirme como lluvia, reflejadas en el cielo nublado como tu piel blanca, sin sombras, y recuerdo cada una de las cosas que dijiste preguntándome la diferencia entre ser normal y la norma, pues para estar contigo no necesito aprobaciones, ni licencias, que si encontrarme a orillas de tus ojos es delito entonces lo confieso.

Escribo para poder perdonarme, el dolor se olvida, tú sólo te vas.

martes, 15 de abril de 2008

Ciclotimia




Te observo madre, van a dar las seis, el sol se recuesta en la ventana hasta caer sobre tu figura dormida. Madre, hay algo que no sabes, en realidad muchas cosas, pero esta en especial deberías saber. ¿Porqué mantuviste siempre los ojos cerrados, como ahora al mirarte, porqué nunca viste más allá de mi rostro... lo sé, tantas cicatrices sólo son el reflejo del dolor que siento por mantenerlo en secreto.

Madre, ¿para ti qué es ser normal?, necesito saber si lo que soy te dará miedo, si lo que estoy a punto de confesarte abrirá las puertas de una confianza inexistente o terminará por destruir todo lazo entre nosotras que a tropiezos logra mantenerse.

Mamá, yo...

Siento una herida profunda ascendiendo desde el pecho a mi garganta, las palabras escapan pues no hago ya ningún esfuerzo por retenerlas, es demasiado tarde, al fin lo sabes.
Madre, tal vez si no hubiera sido siempre tan inconformista, tan independiente, si hubiera aprendido todo lo que siempre quisiste enseñarme...

Cuanto desearía dejar de llorar a solas con el rostro enrojecido contra la almohada, quisiera que me abrazaras aunque ninguna palabra saliera de tu boca, aunque siguieras aún dormida y no recordaras nada en media hora.

Quiero que me digas si esto es mi culpa.

¿Cómo sabré si tomo la decisión equivocada, si me quedo con lo que creía que era tan sólo por el hecho inconsciente de pertenecer a una sociedad a la que no le importo en lo más mínimo, o si me arriesgo a seguir lo que siento y resulta que sólo era pasajero?

Tengo mucho miedo, no recuerdo haber sentido tanto, miedo de sentir dos voces compartiendo mi cerebro, mis ojos, mis manos.

No quiero quedarme para siempre en la línea divisoria, de no reconocerme, de tratar de ser diestra cuando he nacido zurda.

Sigues dormida madre.

viernes, 4 de abril de 2008

Hemoglobina

Hiéreme el cuerpo
preferible sangrar heridas
que con el tiempo cicatrizan
que sentir que se me escapa
la vida
por los poros del alma
eterna hemofilia

si me miras una vez más
sabré que no he muerto

Eres los trozos de sangre
que anidan en mi pecho
somos espejo
mismos movimientos
distinto espacio

Estás tan cerca como el vaho
que exhalo frente al vidrio
el que desaparece al tocarlo
tan lejos como el tramo
que separa dos columnas
siempre paralelo

si me miras una vez más
sabré que sigo viva

Estoy presa en una cárcel
de muros transparentes
y cenizas
que habrá siempre
entre mi rostro y tu rostro
entre nuestros ojos
mirándose a escondidas