Perdón, se me acabaron las palabras para nombrarte al igual que los ojos se desgastan de tanto mirarte a escondidas, ahora sí que no tengo nada, pero qué importa, desde el principio nada tuve sin ti.
Ridículamente vengo a conversar contigo cada noche, ridículamente también, el cerebro interpreta esto como un falso desahogo como si en verdad tú estuvieras escuchándome, o quisieras.
Ya no debería verte, aunque eso implicaría cambiarme de escuela, de casa y hasta de nombre, eres una presencia permanente, alejarme sería como negarme a mí misma.
Porque no te he dicho verdad, desde el viernes hice un pacto de olvidarte, me di veintisiete días exactos, hasta el catorce de agosto intentaré aniquilar la parte de mí que te ama, es decir toda, y no es que crea en imposibles, pero las personas tienden a actuar incoherentemente cuando se enamoran que pienso que existe la posibilidad.
Es absurdo, luchar contra ti pero qué cosa no lo es, los estúpidos horarios, la televisión, que te digan hasta lo que no debes escribir; sólo espero no acabar con las dos partes pues de qué te serviría un cadáver.
De ninguna manera esto significa que haya dejado de quererte, al contrario, pero es la última oportunidad de vida que le queda a esta maldita normalidad, un mes y ya.
Ridículamente vengo a conversar contigo cada noche, ridículamente también, el cerebro interpreta esto como un falso desahogo como si en verdad tú estuvieras escuchándome, o quisieras.
Ya no debería verte, aunque eso implicaría cambiarme de escuela, de casa y hasta de nombre, eres una presencia permanente, alejarme sería como negarme a mí misma.
Porque no te he dicho verdad, desde el viernes hice un pacto de olvidarte, me di veintisiete días exactos, hasta el catorce de agosto intentaré aniquilar la parte de mí que te ama, es decir toda, y no es que crea en imposibles, pero las personas tienden a actuar incoherentemente cuando se enamoran que pienso que existe la posibilidad.
Es absurdo, luchar contra ti pero qué cosa no lo es, los estúpidos horarios, la televisión, que te digan hasta lo que no debes escribir; sólo espero no acabar con las dos partes pues de qué te serviría un cadáver.
De ninguna manera esto significa que haya dejado de quererte, al contrario, pero es la última oportunidad de vida que le queda a esta maldita normalidad, un mes y ya.
5 comentarios:
el catorce de agosto volvemos a estudiar.
Llevate a Molkinni, colgada del gancho del color que te conté.
ahi te esperaré, colgada del gancho azul.
muy bueno, realmente dialectico.
Escelente forma de aniquilar tus monstruos,arrinconarlos poco a poco, dejarlos contra la pared y sin espejo.
Un libro de judíos
desde la segunda guerra
que tuve contigo
me mira de reojo.
La batalla campal
agreste y sedosa
me cubre
con la sabana de tu piel.
Son tres para las tres
en el alba
tu gato maulla diferente,
me huele.
Sabe que no soy de tu lecho
que debo volver a clase.
Desde la ventana me ves huir.
no hay adios,
solo una ventana
y el vaho
de tu respiracion.
de la forma de un te quiero con puntos supensivos, con o sin comas, de signos exclamativos, sin restricciones y de un sólo verbo que se conjuga en un momento presente sin que por eso signifique que sea efímero; un te quiero al que le siguen infinidad de adjetivos y otros verbos, un te quiero en medio del vacío, pues no acaba nunca pero tampoco podemos ver su origen, te quiero así, en medio de una improvisación absurda que no necesita palabras meditadas o coherencia para que te des cuenta que es cierto, te quiero; nunca como interrogante, siempre como un acto definitivo, y quizá no exista jamás un punto final luego de la o
Gracias por demostrarme la forma de un te quiero que siempre quise sentir
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