2010

lunes, 23 de julio de 2007

Desesperanzas

El cielo nublado como único escaparate. El autobús se desplaza por entre las grises calles, las personas entran y salen, los semáforos repiten sus guiños tricolores. Me acomodo en asiento y recuesto mi cabeza sobre el respaldo con el sentimiento de satisfacción por haber ordenado bien mi horario, habrá que levantarse temprano, volver a jugar carreras contra el reloj, de nuevo a detestar el tráfico. Mi cabeza otra vez querrá desprenderse de mi cuello luchando contra la gravedad al igual que mis párpados y mi cuerpo entero se arrastrará una vez más sobre el suelo. Miro por la ventanilla, que pequeño es mi universo. Me estorban a la vista los anuncios panorámicos, cables de luz, la estructura del metro; Colón apunta hacia la esfera mientras una paloma danza sobre su cabeza, las calles se contorsionan para que no pueda llegar a tiempo y me pierda entre ellas. Restaurantes y tiendas luchando por atraer más clientes que la competencia sin importarles el sacrificio de los empleados, sus bajos sueldos y sus horas extras. Taxis invadiendo la cuidad como una plaga verde extendiéndose para convertirse en estadísticas, ser un ejemplo más del desempleo. Vendedores ambulantes, payasos, cantantes, ellos no son quienes se multiplican y nos invaden, la pobreza es quien lo hace.
La cuidad es un caos, un espectáculo barato. Quisiera que en lugar de los grandes letreros pintados en bardas de "Compro su Auto", en cada espacio disponible existieran más acciones poéticas aunque ya a nadie le interesa, que en lugar de mirar por la ventana una avalancha de publicidad pudiera mirar más árboles, más naturaleza. El exceso cansa, aburre, contamina.
Y que los Oxxos y Super 7 producidos en serie se volvieran bibliotecas aunque ya nadie lee, las farmacias se sustituyeran por parques y plazas y las Casas de empeño y préstamo no fueran necesarias. Que los bares y antros se convirtieran en escuelas y los hoteles de lujo reservados a unos cuantos pudieran ser hospitales públicos. Sigue soñando.
Hay demasiado ruido contaminándome, así que cierro los ojos y subo el volumen de mis audífonos y espero que la lluvia no arruine mis planes. La cuidad tiene tan pocas esperanzas de transformarse.
Y sí, de nuevo la lluvia cambió por completo mis actividades, ojalá pudieran haber nubes en los pensamientos de las personas para que también, al igual que la lluvia pudiésemos cambiar el destino, arrojando aquella propaganda que pretende decirnos cómo actuar para que se ahogara entre la corriente de agua de las calles.

3 comentarios:

Ashtray dijo...

AVISO DE ULTIMA HORA¡¡¡¡¡
YAYA BESA A MOLKO DE LENGUA¡¡¡¡
SIIII LE DA BESOS FRANCESES XS
YY ME MATARA POR REVERLAR SU INTIMO Y OBSCURO SECRETO
NEEEEE NO SE CREAN AUNKE SIENDO YY
SEGURO LES KEDARON ALGUNA DUDAS
DE SI ES EVRDAD O NO
MUAJAJAJAJAJAJAJA

MarvinNation dijo...

Srita. Cenicero: Si no la ciudad, la blogosfera ya se transforma con sus frases poéticas. La otra opción es: trasforme Usted el paisaje urbano, mas no se espere a termina la carrera. Hágalo ya. Yo sé que puede.
Mucha actividad interior, estimada Srita. Cenicero.
Le recomiendo escribir más, y más seguido.

Ashtray dijo...

Sr. Durán, gracias por sus palabras, me inspiran a querer hacer ese cambio que tanto hace falta, gracias por confiar en que puedo hacerlo.
Y trato de escribir a diario aunque me exijo mucho para publicarlo.