2010

sábado, 17 de noviembre de 2007

El blog sigue vivo!

No era ocio, en realidad he querido escribir desde hace mucho pero... ¿a quién engaño?, si apenas hoy me propuse publicar algo, aprovechando un día más desperdiciado y el clima lluvioso, y lo que resultó fue que mi computadora me traicionó diciéndome "Ah, conque ahora sí quieres escribir, pues fíjate que no", y con el rotundo letrero de fondo blanco "No se puede mostrar la página" me cerró la puerta en las narices sin decir adiós. Sí, el monitor de la computadora también es otro objeto con los que hablo y qué.
Total, ni siquiera sabía lo que iba a escribir, así que me salí un rato para ver si la inspiración entraba cuando yo abriera la puerta y mi computadora se arreglaba sola. "¿De quién es la culpa si te la pasas descargando quién sabe que cosas y llenando de mierda la memoria?"
Me salí a pensar en los misterios de la vida, en que si las cosas tanto malas como buenas en verdad me pasan por que las merezco, en que me da miedo la persona en la que me estoy convirtiendo. Ejemplo: esta semana exploté en contra de cierto maestro, en plena clase, le dije que no estaba poniendo atención y hacía otro trabajo porque por su culpa no lo había terminado, que si exigía respeto de nuestra parte primero debería a nosotros respetarnos, según él somos unos ineptos, holgazanes carentes de criterio. "¿Ustedes creen que eso es arquitectura?" dijo mofándose de nuestras desveladas, de nuestras ojeras, y ahí sí no le contesté porque en eso sonó mi teléfono, pero en mi garganta luchaba la pregunta "¿Y usted cree que lo que hace es dar clase, que con sus comentarios nos motiva, que con intentar hacernos sentir miserables dejará de sentir usted mismo su miseria?". No me gusta hablar mal de la gente, sólo en casos especiales cuando no hay otra alternativa.
Pero eso no es lo que me preocupa, sino que luego de eso, en mi mente se formulaban las hipótesis más siniestras, como si se apoderara de mí la mente de John (Saw) para trazar un laberinto de ideas que me conducían a una sola frase "Valora tu vida", "Debes hacer que valoren su vida". A lo que una vocecilla le respondió: Y tú, ¿valoras la tuya?
Empiezo a pensar que el otoño no me hace nada bien, con las alergias, los días DEMASIADO cortos, ha dejado de ser mi época favorita.
Y regresando a lo que planeaba escribir, ya que por fin se pudo "reestablecer el servidor", me di cuenta de que las palabras se habían quedado olvidadas en el camino de la calle a mi casa, aferradas al pavimento como una extraña mancha translúcida. Son charcos que dejó la lluvia, mentira, eran las ganas que tengo de vaciar mis ojos en el aire, palabras acuosas, las lágrimas que han sido robadas a mi almohada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tan bien eres alérgica...

no pues... ese dr. lecter tiene que curarte.

cienmil besos, cien mil.

dile al last writer que lo leo con malasombra... que se apure.

y para ti..

bien por este post. lo importante es hacer el ejercicio. las moanso se mueven solas, las ideas se entremezclan y entonces nos damos cuenta que escribimos.

si. sigo bien pendiente de tus maquetas

Anónimo dijo...

Querido Anónimo: Alérgica se queda corto! Si más bien yo diría que salí defectuosa, de nacimiento.
No creo que el Dr. Lecter pueda curarme.

Gracias, escribo lo que se puede, es estos días la palma de mi mano ha sido mi mejor agenda cuando olvido cargar con hojas de papel, aunque me está funcionando la técnica de notas mentales que me sugirió un amigo, he descubierto que mi memoria sí da el ancho para recordar (claro, lo que le conviene).

Y bien, mi blog está en una etapa de muerte-resurreción (como que se quiere morir y siempre no se va), pero ya en una semana espero, consiga la estabilidad.

Gracias también, por estar pendiente de mis maquetas, que por cierto ya entregué y presumo que me fue muy bien.

Un gran beso (que vale por mil)